Dan Hutchison asegura que esta destreza fomenta el entretenimiento compulsivo y empuja a los jugadores a la yuxtaposición.
Estados Unidos.- El congresista de Nueva Pullover, Dan Hutchison, presentó un esquema de ley que rebusca prohibir las microapuestas, una modalidad de entretenimiento en crencha que permite emplazar no solo por el resultado de un partido, sino todavía por cada detalle durante el explicación la disciplina en cuestión. La destreza, que se vuelve cada vez mas popular y ya concentra el interés de las principales compañías del sector, despierta preocupación por su potencial adictivo.
El esquema, identificado como Ley A5971, fue presentado hace unos meses y contempla sanciones económicas de entre US$500 y US$1.000 por cada infracción a las casas de apuestas que ofrezcan este tipo de servicios. La medida llega en un contexto en el que las microapuestas se impulsaron por el uso de inteligencia fabricado y la inmediatez de las plataformas digitales para expandirse en el mercado.
Hutchison, abogado especializado en bancarrotas, explicó que la iniciativa surge de su experiencia profesional con personas afectadas por el entretenimiento compulsivo. Relató el caso de un cliente que, pese a prometer dejar de emplazar, continuó realizando múltiples jugadas en la plataforma FanDuel, lo que terminó por comprometer el plazo de su hipoteca y poner en peligro su vivienda. El congresista calificó las microapuestas como una forma de “entretenimiento excesivo e impulsivo” que estimula comportamientos adictivos mediados por la dopamina, y sostuvo que su propuesta rebusca proteger a los ciudadanos frente a esos riesgos.
Opiniones del sector
El doctor Harry Levant, responsable de políticas de entretenimiento en el Public Health Advocacy Institute, advirtió que las microapuestas representan un peligro para la vigor pública, al fomentar decisiones impulsivas y un consumo acelerado difícil de controlar. En cambio, el patrón Steve Maltepes, con abriles de experiencia en el negocio de las apuestas deportivas, alertó que una prohibición podría tener el finalidad contrario: empujar a los jugadores cerca de sitios ilegales en el extranjero, reduciendo la cuestación estatal y afectando programas públicos financiados con esos posibles.



